El Papa se niega a identificar Islam con violencia

Sabe que hay "una Tercera guerra mundial a pedazos", pero no la tilda de "guerra de religiones
No hace referencia a ninguna motivación religiosa en el ataque para no entrar en el juego a los terroristas


Fuente: Radio Digital
José Manuel Vidal

Al Papa le matan un cura, Jacques Hamel de 84 años, un día antes de que emprenda viaje a Cracovia, para arengar a sus 'Papaboys' en la Jornada Mundial de la Juventud (una especie de macrofestival católico). Y la fiesta juvenil polaca, en la que se espera más de millón y medio de chavales, se tiñe de luto. Por la violencia ciega que sigue azotando el mundo, porque el degollado es un sacerdote y en su iglesia, un lugar sagrado y consagrado al amor y a la paz.

La reacción del Vaticano no se hizo esperar. Primero por boca de su portavoz, Federico Lombardi, que habla de "una nueva noticia terrible que, desgraciadamente, se suma a la serie de violencias que en los últimos días ya hemos sufrido" y que han creado "un inmenso dolor y preocupación". Y añade: "El Papa está informado y participa del dolor y el horror de esta violencia absurda".

Para el portavoz vaticano, Francisco "condena de la forma más radical todas las formas de odio y ofrece su oración por las personas afectadas". "Estamos particularmente impresionados porque este terrible acto de violencia tuvo lugar en una iglesia, un lugar sagrado en el que se anuncia el amor de Dios, con el bárbaro asesinato de un sacerdote", concluye el comunicado, que muestra la cercanía del Papa con la archidiócesis de Rouen y con "el pueblo francés".

Pocas horas después, el comunicado papal oficial, a través de la Secretaría de Estado vaticana, incide en las mismas líneas y asegura que el Papa "invoca a Dios, padre de misericordia, para que acoja al padre Jacques Hamel en la paz de su luz y aporte consuelo a la persona herida".

La nota vaticana, en una concesión a los sentimientos que no suele ser muy habitual en sus comunicados oficiales, confiesa que "el Santo Padre está especialmente afectado por este acto de violencia que se perpetró en una iglesia durante una misa, la acción litúrgica que implora a Dios su paz para el mundo". Y concluye diciendo que Francisco invita a responder con "reconciliación y fraternidad".

Ni una sola indicación a motivaciones religiosas en los dos comunicados vaticanos, tras el primer ataque terrorista islamista a una iglesia en Europa. Un templo que lleva el nombre de San Esteban, el protomártir del cristianismo, en el que el cura Hamel se ha convertido en el primer sacerdote mártir del terrorismo islamista.

Y, sin embargo, el Papa sólo llama a la reconciliación. Sabe Francisco que, como ha denunciado ya en varias ocasiones, en el mundo hay "una Tercera guerra mundial a pedazos", que, ahora, pretende sembrar el pánico al corazón de Europa. Pero se niega a calificarla de "guerra de religiones".



Identificar a musulmanes con terroristas y al Islam con la violencia es, precisamente, lo que pretenden los fanáticos. Y Francisco se niega a entrar en su juego. Porque sabe que los que matan en nombre de Dios, por mucho que griten su nombre, no son creyentes.

Cree también el Papa que las religiones no son la causa sino parte de la solución del problema y, de ahí, que invite a la reconciliación, al perdón y al diálogo. En contra incluso de sus propias bases más rigoristas, partidarias de la condena del Islam.

Para el Papa, sólo la "puerta estrecha evangélica", sólo el perdón otorgado "setenta veces siete" (es decir, siempre) pueden unir a los creyentes en Dios de todas las religiones, para marginar a los fundamentalistas y evitar que el cáncer del fanatismo se siga difundiendo en el mundo islámico.

Ése es el mensaje que Francisco volverá a repetir, una vez más, en su visita a Polonia por los caminos de Juan Pablo II. Y es que, como dice el arzobispo de Rouen desde Cracovia, donde ya se encontraba para participar en la JMJ, "la Iglesia católica no puede esgrimir unas armas distintas de las de la oración y la fraternidad entre los hombres". Y añade: "Pido a los jóvenes aquí presentes, que son el futuro de la humanidad, que no cedan a la violencia y se conviertan en apóstoles de la civilización del amor". Contra el choque de civilizaciones, la cultura del amor.